Cómo disminuir los riesgos sanitarios en las escuelas con la construcción
En definitiva, cualquier actividad masiva actualmente es impensable, por eso se ha tenido que optar por la alternativa del trabajo, talleres o clases a distancia. En muchos países que comienzan con la reapertura de actividades se ha observado el regreso del Covid-19, pues mientras no haya una vacuna, se debe seguir optando por el distanciamiento social, además, claro, del uso del cubrebocas.
Para poder regresar a las clases de manera presencial se requeriría de una transformación radical en el diseño de las escuelas o centros educativos. Pero, ¿cómo disminuir los riesgos sanitarios en las escuelas con la construcción?
Para poder regresar a las clases presenciales, se requiere que todo el país se encuentre en semáforo verde para comenzar a idear una estrategia que no ponga en riesgo a alumnos, padres, familiares y personal docente, así como señala el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán.
Dicha estrategia requiere una infraestructura educativa totalmente amplia para un ambiente seguro, no puede considerarse un regreso debido a esta falla derivada de falta de presupuesto o un diseño que no cumple con las necesidades requeridas por los jóvenes.
«La situación pone en particular debilidad al sistema educativo, que de por sí tiene problemas muy serios. 20% de las escuelas de educación básica no cuentan con agua, 32% cuenta con ella, pero los directores reportan que tienen sólo dos veces a la semana y 23% que cuando tiene agua, lo tiene en tambos», menciona Marco Fernández, coordinador del programa Educación de México Evalúa y profesor de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey en entrevista con la publicación Obras.
Los problemas, profundizados por la pandemia, no se resolverán totalmente con la reparación de aulas y el mantenimiento de las escuelas, también se requerirá mayor planta docente debido a que los grupos tendrían que reducirse para poder mantener la sana distancia dentro de las aulas.
De hecho, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) México es el primer lugar en los países con más alumnos por aula y por cada maestro que imparte clases en primaria, secundaria y bachillerato, con un promedio de 30 estudiantes en el mismo grupo, considerando que hay muchos más con hasta 50 o 60 estudiantes en una clase.
Además, entre el 20 y el 30% de los profesores sufren de condiciones como diabetes, obesidad y otras más, además de ser vulnerables por su edad. «¿Quién los sustituirá? No hay el suficiente dinero para hacerlo ni para hacer sus procesos de jubilación anticipada», explica Marco Fernández.
La estructura arquitectónica de las escuelas no permitiría a los estudiantes desarrollarse en un ambiente sano; el diseño actual está basado en complejos académicos construidos hace décadas, de acuerdo con Lucía Santa Ana Lozada, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experta en arquitectura académica, «la infraestructura de las escuelas es muy antigua, que medio se adecuó para los programas de tiempo completo, lo que es preocupante».
«Si ya tenemos un bagaje de errores, imaginemos ahora con los requerimientos sanitarios nuevos», añade el arquitecto. «Definitivamente no se debe optar por poner a niños en burbujas de plástico, pero sí se deberían entender cuáles son los problemas intrínsecos de cada aula y modificarlo escuela por escuela».
Cómo disminuir los riesgos sanitarios en las escuelas con la construcción
De esta manera, disminuir los riesgos sanitarios en las escuelas con la construcción puede ser posible, considerando aspectos como la ventilación, la cual en definitiva no es la misma en estados del norte o del sur del país.
Además de considerar la falta de sistemas de ventilación natural, está el problema de la escasez de espacios abiertos y verdes, lugares amplios para estudiar, buena iluminación y modernización de los sanitarios, los cuales deben facilitar siempre los utensilios básicos: papel higiénico, agua, jabón y gel antibacterial.
Para esto se requiere mucha inversión de tiempo y capital, sin embargo hay materiales más ecológicos y amigables con el bolsillo como la lámina pintro o el multipanel, asimismo considerando la implementación de aulas prefabricadas para tener un mayor número de espacios que permitan la sana distancia.
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